martes, 28 de abril de 2009

Las chapuzas se acumulan.

Ese mismo dia hable con Ruben Cerqueira y le dije, que habia ya muchas cosas que no me estaban gustando, entre otras cosas el injustificable retraso en los trabajos (llevavan toda una semana solo para picar y desescombrar) y que le daba tres dias mas para terminar la obra y que a partir de entonces le descontaria 150€ por cada dia de retraso. Me contesto que sin problema, que eso se terminaba en dos dias mas. No me lo crei pero ya le habia expuesto las condiciones y el las habia aceptado. Aqui he de aclarar que el retraso en los trabajos no era causado por la dificultad en realizarlo, sino simplemente por no proporcionar a tiempo a sus empleados ni las herramientas, ni los materiales de construccion que necesitaban. De hecho por esos dias descubrimos que un azulejo del cuarto de baño, que comparte pared con la cocina, estaba partido, probablemente debido a que en algunas ocasiones picaban la pared, literalmente, a mazazos. En ese momento empezamos a temer que el problema del lavabo era que en algun punto, debido a los tremendos mazazos, se habia aplastado la tuberia que iba al lavabo. Afortunadamente, como descubriria mas tarde, estaba equivocado y la explicacion era mas simple, aunque probablemente debida tambien a los tremendos golpes causados.

Esa tarde (una de las pocas veces que le vi trabajando aqui, ya que normalmente solo estaban dos o, a veces, tres empleados, mientras el llenaba las calles de nuestra ciudad de anuncios de su empresa), levantando una de la paredes que habia tirado, iba tan deprisa y tan alocadamente, supongo que por las condiciones que le habia puesto, que cometio varios errores, de los que le tuvieron que llamar la atencion sus propios empleados, dada la gravedad, y como se le acabaron los ladrillos de agujero doble, pretendia seguir con ladrillos de agujero simple, puestos dos a dos, idea de la que le persuadieron sus empleados, diciendole que eso no se podia hacer y, expresamente, que se estaba buscando una denuncia. Al parecer les hizo caso. Todo esto delante de mi mujer, que no salia de su asombro. Le llame por la noche, y le hice saber que le retiraba la penalizacion, que ante todo queria que el trabajo se hiciera bien, pero que no se durmiera si no queria que se la volveria a poner.

Fueron pasando los dias, algunos de ellos sin apenas trabajar, la mayoria de las veces por falta de materiales, cosa que le pasaba muy a menudo, rasearon las paredes, y empezaron a poner azulejos, uno de los dias pidio un adelanto de 100 euros para materiales (que sospechamos que utilizo en comprar una mezcladora de cemento, que llevo por esos dias, y que, como la otra maquina, era rigurosamente nueva) y entonces es cuando vinieron las chapuzas de verdad.

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