Empiezan a trabajar.

Como por lo visto tenia mucha prisa por empezar a trabajar y nosotros no teníamos especial interés ni en esperar mas tiempo ni en no esperar, se empezaron los trabajos el día siguiente de aceptar el presupuesto. Aunque la idea era retirar el mobiliario yo mismo para ahorrar costes, se comprometió el a hacerlo para empezar antes, sin coste alguno. Puesto que al no poder desmontarlo yo, tal vez tendría alguna dificultad a la hora de montarlo al no haber podido ver donde iba cada elemento, le pedimos que hiciera presupuesto nuevo incluyendo el montaje de los armarios, a lo que acepto y confeciono nuevo presupuesto, ya que contaba con todo tipo de profesionales.

Desmontaron el y otros dos chicos, que con el tiempo vimos que eran simples albañiles, los armarios imprescindibles para empezar a picar las paredes, comprometiendome yo a retirar el resto por la noche. Ese día tuvimos que llamarles la atención varias veces por subirse a la encimera para picar esa pared, la cual resultaría, como vimos mas tarde, rallada por los cascotes que caían encima, pisoteados por el albañil allí subido. Incluso la vitrocerámica, la cual pisaba sin ningún pudor de que se partiese con su peso y que resulto igualmente rallada.