martes, 28 de abril de 2009

Ruben quiere seguir trabajando.

Unos quince días después de parada la obra, un día, encuentro una nota en el buzón. Decía:

"He pasado esta mañana pero no estabais. Mañana pasare por allí y hablamos. Soy Ruben."

Como esperábamos, por allí no paso nadie. Ya lo conocíamos bien, y así lo sabíamos.

Pasados unos días, le llame por teléfono y le pregunte que es lo que quería. Me dijo que simplemente quería saber cuando podía continuar la obra, que si lo había visto ya el perito. Le conteste que el no iba a terminarlo, que era una chapuza y que lo iba a continuar otro (mas bien, que lo iba a volver a empezar otro). Le aclare que debido a todo esto, el perito lo iba a pagar el, ya que por su culpa lo había tenido que contratar yo, y además le iba a reclamar los gastos ocasionados por su falta de profesionalidad, desorganización y desidia, y que sumados a la factura del perito, ascendían a bastante mas de 1.000 €.

Quedamos en que al día siguiente pasaría por casa a recoger la ropa de trabajo de sus empleados, que todavía estaba allí. Esa vez si que cumplió su palabra y se presento con un empleado, uno que todavía no había visto. Le dije que ya le sacaría yo todo, que no le dejaba poner un pie en mi casa. Le enseñe el informe del perito, el cual no se digno a hojear, y le explique los conceptos que le iba a reclamar. Sin mediar provocación, me pego un empujon y entro en casa, recordemos que sin mi permiso, par coger sus cosas. Yo que no se porque, ya me lo esperaba y lo tenia planeado, llame a los timbres de los vecinos para que fueran testigos de como habia entrado en mi casa sin permiso y a la fuerza. En ese momento, Ruben Cerqueira parece que se olio la jugada y salio pitando de alli, y bajo corriendo por la escalera.

En los proximos dias, cuando tenga el informe definitivo del perito. Le enviare un burofax, incluyendo dicho informe, y reclamandole lo que me debe. Como es de suponer que se negara a pagar, nos veremos en los tribunales.